Año viejo, año nuevo
Agüeros año viejo

Muñeco de Año Viejo. Agüeros para el año nuevo.

La celebración de fin de año se siente encima. Y los agüeros, tradiciones y costumbres  no se hacen esperar, aunque queremos hablar de uno que se practica menos pero que sigue siendo importante, por lo que significa, hasta vemos como se ha reinventado para hacerlo más personal. El muñeco de año viejo, el año viejo, taitapuro, carrancios.

Esta pintoresca tradición, inicia en las familias o entre grupos de personas, que empiezan a recoger ropa vieja que las personas ya no usan más, prendas de las que quieran deshacerse porque signifiquen algo negativo y elementos que quieran olvidar por algún motivo. 

¿Cómo se hace el muñeco?

Se decide primero, si se quiere que tenga apariencia de mujer o de hombre. Algunos llevan nombre, con sucesos que pasaron durante el año que se va, o con nombres jocosos o que se relacionan también a alguien que se quiera olvidar, a veces hasta con nombre de personajes o políticos, volviéndose hasta un acto de activismo. Luego, se le elige la “pinta” o como dirían algunos hoy en día “outfit. Se cosen las mangas de la camisa, del pantalón y se estos dos se unen, con el fin de que el relleno no se vaya a salir. ¿Relleno? Pues si, esto va muy lleno por dentro de ropa, aserrín y pólvora (así que es mejor que lo manipulen adultos).

Después vienen detalles como la cara, que algunos suelen hacerla con máscaras o con yeso, luego se le ponen los ojos, pelo, la boca. En las manos suelen poner guantes para simular los dedos, y los zapatos. Finalmente se sientan en una silla, con alguna posición como si fuera una persona. En esta región, donde las fondas han sido tan importantes en la vida social, también se suele acompañar a estos muñecos con una botella de aguardiente, un carriel o poncho. Una expresión de la cultura allí en esta tradición donde se quiere dejar todo lo del año viejo.

¿Con qué finalidad se hace?

Minutos antes de que sean las 12 de la noche, cuando se tocan las doce campanadas, la gente se come las uvas, algunos salen corriendo con la maleta a dar una vuelta y otros agüeros, alguno de los que hizo el muñeco lo pone en la mitad de la calle, le pone algo de combustible encima y lo enciende para que se encienda, se queme. Y allí, se quedan los malos momentos, el año que se va. Es un ritual lleno de nostalgia, porque el fuego consume lo que no se quiere volver a repetir, también es un acto de liberación y limpieza.

En algunas zonas del país, dentro de esas el Quindío, se lee el testamento que deja el Año Viejo, dejando deseos positivos a cada miembro de la familia, aunque también hacen burlas y chistes para hacer más ameno el momento. 

Mientras el muñeco se quema, suenan totes, papeletas y salen luces de colores, porque recordemos que algunos son hechos también con pólvora. 

¿Una tradición muy antigua?

Hay algunos artículos que hacen una relación directa de esta tradición con siglos atrás; dicen que viene del País Vasco y Navarra de algunos rituales paganos de origen celta, como el Olentzero, un carbonero que lleva los regalos a los niños. Un muñeco también fabricado de trapos y rellenos. Otras fuentes dicen que viene de los ancestros indígeas, simulando personas de rasgos de piel blanca y ojos claros, como forma de canalizar el dolor que habían dejado al exterminar su cultura y raíces.

Así que podríamos estar ante una tradición que ha sido apropiada por la cultura colombiana, transformada y que año tras año se sigue repitiendo. En algunas ciudades, suelen hacer concursos de muñecos de año viejo, y hasta desfiles donde salen a exhibirlos. Pero en el 2020, cambia un poco, por las medidas sanitarias. 

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Ahora sigue siendo una tradición a menor escala, pero sigue estando viva. Algunos emprendimientos los venden de un tamaño miniatura para que las personas puedan hacer sus rituales de forma más personal y representar el año que pasa, las malas cosas que quieren dejar atrás. Sin duda un 2020 que no queremos repetir a nivel global pero que de seguro nos dejará cosas buenas a todos, así que prepárense porque estamos convencidos que el 2021, les traerá cosas bonitas. 

De nuestra parte seguiremos compartiendo contenido interesante, datos chéveres de nuestra cultura y fotos alucinantes. Si aún no te has animado a conocer el Quindío, te invitamos a hacerlo. Si vives en el Quindío, te animamos a recorrerlo de forma más consciente. Y si quieres tomar café, pues anímate a pedirnos una taza para que vivas la experiencia de #EstoEsQuindío. 

Y como dice la canción, no olvidamos el año viejo, porque nos ha dejado cosas muy buenas. Así como ustedes, nuestra comunidad que nos apoya y nos siguen compartiendo. Feliz año 2021. 

Escrito por Leo Hernández

Instagram @leoentreletras

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Método CC Leo Hernández

Publicista. Docente universitario. Gestor cultural en Corporación Método CC. Apasionado por la literatura e investigador en territorio y ciudades creativas.

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